A las 16.00 del Sabado,quedamos en la oficina de turismo de Montejaque,para realizar esta ruta de fin de semana con el objetivo de asistir la berrea del ciervo.Siendo sinceros sabía de antemano que los únicos berreos que iba a escuchar iban a ser los ronquidos nocturnos del Cortijo de Libar,ni era ya la época,demasiado tarde un 20 de Octubre para escuchar ciervos,ni el tiempo acompañaba,daban lluvia.
Pero dormir en el mítico Cortijo de Líbar, era una de mis asignaturas pendientes, así como de comer un guiso de venao en pleno campo con un grupo de colegas.
Nos dirigimos a la plaza del Ayuntamiento y tomando a mano derecha una calle en subida nos saca del pueblo por la zona de los tajos.
Ya a partir de aquí tomamos la pista de los llanos de líbar que se dirige a Cortes de la Frontera,siguiendo el mítico GR7
A mano izquierda dejamos este magnífico torcalillo,una de las rutas que propone esta oficina de turismo de Montejaque
Los llanos del Pozuelo,que empiezan a tomar un color verdoso tras las últimas lluvias
Una encina solitaria en contraste con el paisaje calcáreo de la Sierra de Líbar a la izquierda
Quejigo singular,proximo a los llanos de líbar
La Caterine y el Vara,andando entre encinas
Llegando al Cortijo,donde pernoctamos,cenamos y no hartamos de cubatas,a parte de jugar al bingo.
La sierra del Palo,punto más alto de la Sierra de Libar.
Al anochecer hicimos un recorrido de un par de kilómetro,para intentar observar ciervos,cosa casi imposible,puesto que éramos muchos y encima andando por un carril.
Después nos esperaba un guiso de ciervo,aunque la carne era escasa y muchas patatas.
Así nos recibía los llanos al día siguiente,la verdad es que es un lujo dormir en el refugio de líbar.
La vuelta la hicimos por el mismo camino
CARPE DIEM
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